
Solía pintarme de color azul, ese azul de oscuridad. Ella siempre fue demasiado buena, aunque muchas veces era muy traviesa por salir cuando no le tocaba. Aunque Luna siempre que salía iba bien acompañada cada vez que decidía a salir y a mi me gustaba visitarla cuando era de noche.
Anoche sin querer entró por mi ventana tiñendo mi cama y mi rostro, tenía ganas de jugar conmigo esa noche; desprendía una gran luz pero aun así la he notado triste. Debió ser toda esa gente que le escribe grandes poemas de amor y desamor mirándola a los ojos, y ella siempre tan inocente, se enamora de todos ellos. Le gusta mucho que le reciten los poemas, pero que se los dediquen a ella, a sus ojos a su luz, a su resplandor, a su grandeza. A nadie nos gusta que nos cuenten cuan enamorados están de su estimada si nunca podremos ser ella.
Luna y Mar están tristes, así que Mar la consuela dándole su reflejo y Luna se esconde detrás de él para acariciarlo.
Creo que Mar se terminará enamorando de la Luna.Etiquetas: consuelo, luna, personas