Recuerdo lo siguiente “Estoy orgulloso de ti y siempre lo
estaré. Claro que tienes voz.”, lo recuerdo claramente. Pero también recuerdo: “Calladita te ves más bonita”, “Si te quedas quieta, te ves mejor”, esa
mirada de desdén y decepción, el resoplido de fastidio, las palabras de rechazo, el criticismo, los “elogios” en forma de sarcasmo, entre otras cosas más.
Atesoro los buenos momentos, aquellos en los que sonreíamos, pero cada vez se ve más lejano y esos recuerdos lentamente son reemplazados. Si en un día se
intercambian 4 frases, de las cuales 3 son negativas no es de extrañarse.
Antes valorabas el desafío mental, el raciocinio y el cuestionamiento; ahora simplemente lo repugnas. Te sientes amenazado al no estar siempre en lo
correcto, jamás esperé que lo fueses. Nadie es perfecto.
Jamás seré una muñeca hueca que acepte instrucciones sin pensarlas. Esa no soy yo, he crecido como persona gracias a ello, he aprendido bien y no puedo
retroceder mil pasos y años para complacerte. Mis habilidades de comunicación no son buenas, lo sé, es una debilidad e impedimento que tengo, intento
mejorar poco a poco. No puedo mejorar si cada vez soy abatida en el intento pero no me doy por vencida. No busco complacer a nadie, me duele la decepción
que te he causado pero no voy a disculparme por quién soy.
He cometido errores al igual que tú. La diferencia radica en que yo vivo con mis errores, eres una de las personas que se queja de ellos y me los muestra
en cara a cada oportunidad sin escatimar en palabras; yo los acepto y escucho, pretendo mejorar o al menos lo intento pero tú, tu no permites que nadie te
los diga. Callas a todos. Es una pena que ahora no me aceptes, pero es una pena para ti.
Es miedo lo que te provoca el sentirte amenazado, la arrogancia y orgullo en exceso son un virus que contamina al portador y se extiende en todos los
aspectos. Alguien que no acepta la crítica está condenado a no crecer.
Siento lástima y dolor por ti. Me duele tu cambio pero también me duele que alejes a las personas de ti y que finalmente te quedes solo.
Temo por ti. Aparentemente no te sientes a gusto en ninguna parte. La paranoia, los altos estándares que te has impuesto, la ira y enojo mal dirigidos, la
falta de confianza hacia los demás, todo esto te aleja de las personas.
Talvez ahora pienses que necesitas un descanso de los demás, te sientes fastidiado de mantener la guardia en alto todo el tiempo; lo comprendo. La verdad
es que lo comprendo, más de una vez lo he sentido pero si sigues en este camino, este virus se extenderá tanto que no podrás controlarlo y causará daños
irreparables. La vida es corta y efímera.
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